El alga exótica Rugulopteryx okamurae llegó hace algo más de cinco años a las aguas del Estrecho de Gibraltar y se hizo fuerte. Pronto desplazó a las especies autóctonas del fondo marino. Y luego comenzó a enredarse en las artes de pesca y las almadrabas con la misma virulencia con la que alfombra las playas de la Bahía de Algeciras y Ceuta después de los temporales.
La ciencia tiene aún muchos interrogantes que resolver antes de diseñar cómo se puede atajar con garantías de éxito la colonización de esta especie de origen asiático que protagoniza una de las bioinvasiones más severas y descontroladas que se conocen en el medio marino. El biólogo linense y catedrático de la Universidad de Sevilla José Carlos García Gómez encabeza un amplio estudio multidisciplinar con la colaboración de varias universidades y empresas privadas que persigue arrojar luz en un mar de hipótesis.
Entre las empresas colaboradoras se encuentra Endesa, que dentro de su Plan de Conservación de la Biodiversidad se ha aliado con el estudio la Universidad de Sevilla para facilitar la investigación. Este miércoles, el equipo ha desarrollado una campaña de monitorización y toma de muestras en el entorno de la terminal portuaria de Endesa en Palmones, en el centro de la Bahía de Algeciras. El grupo tiene su base en un punto de atraque del Puerto Deportivo Alcaidesa Marina, en La Línea.
La jornada se ha centrado en la toma de muestras de cauloides del alga invasora en diferentes ambientes para su estudio morfológico. También se han extraído muestras de agua para el análisis de nutrientes y efectuado una medición con una sonda multiparamétrica de parámetros físico-químicos. Entre otros factores del estudio, Gómez ha detallado que la Rugulopteryx okamurae crece con facilidad en aguas limpias, donde existe cierto movimiento de las masas marinas (como el Estrecho), y también donde hay fósforo.
"Este es uno de nuestros proyectos del Plan de Conservación de la Biodiversidad. Aprendemos con esta alianza a interactuar con el medio y colaboramos para ir más allá de nuestra actividad para impulsar un impacto positivo en el medio ambiente. En este caso, para determinar cómo proteger las algas y la biodiversidad autóctona", ha agregado Luis Quesada, responsable de Medio Ambiente de Endesa en Andalucía.
Además de la Universidad de Sevilla, participan en este frente científico contra el alga invasora la Universidad de Málaga (UMA) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). No solo para conocer cómo llegó y por qué, también para hacer de la oportunidad una virtud y buscar un aprovechamiento para esta especie que no es comestible porque al gusto resulta excesivamente picante.