El mar Mediterráneo tiene el 7% de toda la biodiversidad marina mundial. Entre sus características hay una clave que  explica esta biodiversidad. La estructura de sus fondos es muy variada. Alberga desde cañones a montes submarinos, zanjas profundas y cuevas aún por descubrir. Esta variedad de formas explica que las especies marinas no estén distribuidas de forma uniforme y encontremos áreas de vital importancia para los seres vivos, como zonas de cuidado de las crías o áreas de alimentación.

Recientes estudios han registrado que estos cañones y montes submarinos son puntos calientes para los cetáceos del Mediterráneo. Y es que, en este mar, encontramos 21 especies de delfines y ballenas, 10 de ellas con poblaciones residentes.

Curiosamente la bahía de Algeciras, incluida dentro del Mar de Alborán, tiene un cañón submarino  que comienza en la desembocadura de los ríos Palmones y Guadarranque y la atraviesa longitudinalmente alcanzando los 500 metros en la zona sur. En ella podemos observar variedad de cetáceos.

El delfín común habita en aguas costeras en profundidades menores de 500 metros. El delfín mular tiene afinidad por las bahías, incluso los estuarios. Otros cetáceos, como el delfín listado y el rorcual común están asociados a cambios de profundidad donde ocurren los denominados afloramientos: ascenso de nutrientes, fitoplancton, zooplancton y peces desde aguas profundas a aguas superficiales. Las orcas se alimentan en aguas poco profundas del estrecho de Gibraltar y los cachalotes descienden entre 500 y 1500 metros de profundidad.

La bahía de Algeciras permite la presencia de cetáceos muy diferentes. El delfín común y el delfín listado la frecuentan prácticamente a diario. El delfín mular ocasionalmente. El rorcual común entre abril y octubre en su viaje hacia el océano Atlantico. Las orcas esporádicamente. Y del cachalote, se han registrado observaciones a la entrada de la bahía en su zona más profunda.

Empresas como ECOLOCALIZA, hacen excursiones para ver cetaceos de manera responsable.