Una empresa española ha vuelto a romper todos los moldes a nivel mundial. Se trata de la gallega Magallanes Renovables y ha sido la primera del planeta en conseguir que una plataforma mareomotriz (corrientes marinas) se conectara a la red con éxito y comenzara a generar electricidad. Ha ocurrido en Escocia, en las Islas Orcadas, situada a 2 millas de la zona de corrientes de Fall of Warness.
«La plataforma ATIR comenzó a desarrollarse en 2009 y ha cubierto todo los pasos de I+D+i que la Unión Europea requería», explica a este diario su gerente, Mario Iglesias Casals, «y solo dos empresas en todo el mundo, una escocesa y nosotros, ha llegado tan lejos».
«Hemos inventado el aerogenerador dentro del mar, tenemos una tecnología propia, durante un año hemos demostrado que la tecnología funciona y ya hay mercado interesado en ella», añade, «desde el minuto uno que se conectó con la subestación de Eday ha comenzado a generar electricidad con 1,7 MW de potencia«, es decir, que tiene una capacidad para abastecer de electricidad a entre 1.000 y 1.500 viviendas, gracias a una inversión de 8 millones de euros.
El responsable de la compañía también confirma que hay proyectos previstos a desarrollar de entre 30-50 MW en Gales, Francia, EEUU y Canadá, «y en España tiene muchas posibilidades en el Estrecho de Gibraltar, de hecho, su potencial sería tan grande como para apagar todas las nucleares que existen en el país«.
Pero hay más regiones donde podría instalarse esta tecnología. La costa norte de Australia, el Mar de Japón, el Mar Amarillo en Corea, la costa de Chile, la costa argentina en la Patagonia, la costa noroeste de Estados Unidos, el estrecho de Hudson en Canadá, la costa norte de Escocia y la costa noroccidental de Francia.
La tecnología funciona con turbinas muy parecidas a las de la eólica y el coste es muy parecido al de la offshore, «por ejemplo, con el parque Wikinger, pero con dos ventajas competitivas diferenciales, que las corrientes marinas son muy predecibles, se puede prever cómo va a funcionar en los próximos 30 años, y tiene un 40-45% de factor planta, es decir, unas 4.000-4.500 horas al año».
Otras de las ventajas de la plataforma de Magallanes, según explican fuentes de la Agencia Efe, son su flotabilidad, escaso impacto ambiental y su reducido coste de mantenimiento e instalación en comparación con los sistemas de presa, pilar y fondo.
Se trata de una estructura de 45 metros de eslora y 15 metros de profundidad y cuenta con sistemas de control remoto para su mantenimiento. Se trata de un trimarán flotante que puede ser instalado en cualquier área del mundo a partir de 30 metros de profundidad y bajo el que hay unas turbinas de generación mareomotriz.
La plataforma está fondeada mediante dos líneas de anclaja a proa y a popa. Por ser flotante, no implica construcción alguna sobre el fondo marino y permite su instalación en cualquier área del mundo. También es el sistema de más bajo coste de mantenimiento, ya que permite acceder en barco a la plataforma para revisiones, reparaciones o cualquier otra operación.
La plataforma ATIR fue instalada gracias al trabajo de un remolcador y al barco multifunción C-Odyssey. La instalación duró 8 horas y la plataforma quedó fondeada por medio de 4 cadenas de más 150 t. el 16 de febrero y comenzó a funcionar el pasado 2 de marzo a partir de una corriente de marea de unos 2,2 metros por segundo.
La validación de la tecnología de Magallanes Renovables es fundamental para poder llegar a instalar los más de 1000 MW que han sido concedidos y aprobados por el Gobierno del Reino Unido para el aprovechamiento de las corrientes. Las estimaciones de la Agencia Internacional de la Energía calculan que de las mareas podrían obtenerse al menos 1,2 millones de MWh al año, un 7,5% de toda la energía mundial.
La energía mareomotriz es un vaivén eterno que en algunas zonas de nuestro planeta supera los nueve metros por segundo de intensidad, aunque de media las velocidades están alrededor de los cuatro metros por segundo.