Paul Maes (Bruselas, Bélgica, 9 agosto 1943) fue el primer entrenador que tuvo la Federación Española de Vela. Llegó a España en 1971 de la mano del presidente de Miguel Company, al que Maes no duda en recordar como “un visionario”. Como regatista fue campeón del mundo de las clases Europe, Vaurien y 470, lo que no pasó desapercibido por el presidente de la federación, que le ofreció incorporarse como el primer entrenador de la historia de la vela española.

Llegó a Palamós hace casi 50 años y después de pasar como entrenador por todas las clases olímpicas, llegó a ser su director en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000. Ahora puede disfrutar de la vela de una manera mucho más relajada.

Maes fue junto a José María Benavides uno de los fundadores de la Christmas Race y no ha faltado en ninguna desde el año 1976, ya fuera como organizador o como técnico. Este año no será la excepción.

¿Cómo fue su llegada a España?

“Yo llegué a España en las Navidades de 1971. Me trajo Miguel Company, una persona con una impresionante vista de futuro, porque en aquellaépoca no existía la figura del entrenador de vela, cosa que sí ocurría en otros deportes. Pero tuvo una visión y contactó conmigo. Creo que fui sino el primero, uno de los primeros entrenadores de vela a nivel mundial”.

Pero usted en aquella época era regatista, no entrenador.

“Sí, yo era campeón del mundo de Europa, de 470 y de Vaurien, que eran las tres clases más populares en España. Yo en Bélgica además de navegar fabricaba velas de vela ligera y era el representante de un astillero de 470 francés y tenía la exclusividad para Bélgica, Holanda y Luxemburgo”.

Y lo dejó todo por venirse a entrenar a España.

“Allí tenía un socio y la oferta que me hizo la federación era para un año. Pero mucho antes del año le dije que me quedaba en España y él se quedara con todo el negocio”.

¿Que es lo que le convenció?

“Company era presidente de la federación aunque las clases olímpicas iban por otro lado donde Ballester era quien las dirigía. Poco a poco fui tocando otras clases, primero fue el 470 aún no era olímpico, Finn, Flying Dutchmann…Estos fueron mis inicios y cuando para Montreal se eligió el 470 como olímpico, para mí fue maravilloso”.

Y directamente a Palamós.

“Así fue. En el año 1971 fue mi primer contacto, luego volví a Bélgica para solucionar mis cosas, y al cabo de un mes volví ya con mi coche para quedarme”.

Este fue su primer destino.

“En aquellos momentos aún no estaba claro si la Escuela Nacional de Vela se abriría en Palamós. Se hicieron estudios de viento en varias partes de España, pero la Navidad del 71 fue súper calurosa, yo estaba en la lancha en traje de baño, y llamé a mi mujer y le dije: Mira, creo que nos vamos a quedar aquí, prepara las maletas y no te olvides de los bikinis porque en España siempre hace bueno. Pero el clima con el calentamiento de la tierra ahora se ha enfriado”. (sonríe)

En 1976 nació la Christmas Race.

“Esta fue una idea conjunta de Benavides y yo, aunque también en parte de Abascal, aunque él navegaba. Pero sí, fuimos los que empezamos a crear esto”.

¿Qué recuerda de aquella época?

“Cuando empezamos a tener resultados, esto atrae a la gente de fuera que quiere navegar contigo. Cuando empezamos, que Jane se pasó al Flying después de navegar en Vaurien y 470, y Gorostegui también, que ganó el Mundial y fue plata en los Juegos Olímpicos, recuerdo que fue el principio de las visitas de los extranjeros en Palamós. Querían navegar con los mejores y estos estaban aquí”.

Usted ha estado en las 44 ediciones de la Christmas Race.

“Creo que he estado en todas, aunque nunca como regatista. Pero sí he estado en otros roles ya fuera como entrenador u organizador. Y este año por supuesto que repito”.

¿Y como la ve actualmente?

“Yo creo que está fuerte. Los 420 la han incluido en un circuito europeo. Hay una inscripción superior a la del año pasado. Es fantástico”.

Usted ha estado en las mejores regatas, Juegos, Mundiales, Europeos, regatas internacionales…

“Últimamente con los cambios en las clases olímpicas ha bajado algo, pero no más de un 10%, pero no es el pico que hubo antes de Barcelona 92 que fue el no va más. Luego se mantuvo, pero es una situación a nivel mundial. La vela ligera no es lo que era en el siglo XX. Recuerdo que ibas por las autopistas europeas y de aquí a Alemania te cruzabas con 20 o 30 coches que remolcaban un barco de regatas. Ahora ya no ves nunca un coche que lleve un barco, sí ves furgonetas con un remolque múltiple, pero no es como antes. Se ha profesionalizado mucho y esto ha ido disminuyendo la cantidad, aunque no la calidad”.

Y la Christmas sigue aguantando el tirón.

“Cierto. Hay dos cosas que han permitido a la Christmas Race aguantar. Uno el cambio de fecha antes de Navidad, ya que antes quedaba muy apretada. Y el otro es la apertura a clases no olímpicas. Las olímpicas se han profesionalizado muchísimo y las otras clases son más dinámicas. Luego están las modas, las tablas, ahora el kite y los foils…”

En su día la Christmas fue la regata emblema de la RFEV ¿Cree que debería seguir siéndolo?

“Es complicado porque es una regata fuera de temporada. No hablo ya del hemisferio sur, pero para australianos y suramericanos es un viaje largo. Es la época en la que la gente descansa, esquía…coincide con otras regatas en el Australia, Nueva Zelanda. Es cierto que en su día fue la regata número 1 de la federación, pero actualmente es imposible desbancar al Sofía que tiene muchos recursos, medios económicos y las fechas son las de pre-temporada. Pero lo que es verdad es que hay pocos países y regatas que en esta época consigan tantos barcos. Palamós se ha convertido en una base para los países del norte y para ellos es un paraíso”.

Se trata de un club pequeño pero fuerte.

“Sin duda, aquí lo que llama mucho la atención de los que vienen es la acogida y la buena predisposición. La parte humana del Club de Vela es importantísima. Tienen un trato personalizado, y esto se valora mucho. Por poner un ejemplo, el secretario de la clase 505 es un australiano y ha visitado la costa catalana para ver donde podría organizar una regata del circuito mundial y al final ha decidido dejar los barcos en Palamós. Por lo pronto quiere organizar aquí un entrenamiento en enero”.

En estos casi 50 años que lleva en España ha pasado por todas las clases.

“He tenido contacto con casi todas las clases que navegan en España, creo que no hay ninguna a la que no haya entrenado. Pero donde disfruté mucho fue con el match race, fue un buen recuerdo. Si tuviera 30 años menos hubiera disfrutado con barcos como el 49er y los voladores, pero ya con 76 años…”

Estuvo ininterrumpidamente desde los Juegos Olímpicos de Montreal 1976 a los de Pekín 2008.

“Sí, así es. En el 72 tuvimos la oportunidad de visitar con un equipo juvenil en el que estaba Jan Santana la villa olímpica en Kiel, fue un regalo que nos hizo Miguel Company por los resultados. Pero los primeros Juegos reales fueron los de Montreal hasta la preparación de Londres, pero no llegué ir a los de 2012”.

Que recuerdos tiene de su época federativa.

“En mi época la relación entre los entrenadores era muy buena y todos nos ayudábamos. Cuando había cualquier tema o protesta delicada nos echábamos una mano y me preguntaban: Paul, como ves esto o lo otro. Ahora no se como estará el tema, pero entonces era como una gran familia”.

También fue el entrenador y hombre de confianza tanto del entonces Príncipe Felipe como de la Infanta Cristina.

“Sí, estuve entrenando a los dos y también a su hermana Elena cuando hizo una incursión en la vela y de su prima Alexia…teníamos también el Platja d’Aro un barco de crucero femenino en el que ellas navegaban”.

Tanto el Príncipe como la Infanta estuvieron en la Christmas.

“Siempre fueron un miembro más del equipo. Siempre había gente que intentaba estar cerca, pero todo fue muy bien. En Palamós navegaron preparando los Juegos de Seúl y Barcelona”.

¿Cómo ve el futuro de la Christmas Race?

“Yo pienso que el camino que ha cogido es el correcto. Desde luego esta regata es la número 1 de la temporada de invierno ya no solo en España, sino también lo es también en Europa. El presente es muy bueno, y de cara a futuro las clases juveniles aseguran que esta gente que ha navegado aquí, que ven que está bien organizada, que no se pasa el frío de sus países, son gente que volverán a venir. Los españoles dicen que hace frío, pero imagínate lo que piensa un noruego del frío de Palamós”.

Y adaptándose a los nuevos tiempos.

“La Christmas es una regata que sabe adaptarse. Lo supo hacer en su momento y estoy convencido que seguirá evolucionando. Creo que es una regata muy atractiva y estoy seguro que habrá otras clases en un futuro”.

Finalmente, como ve la actualidad de la vela española.

“Estoy bastante desvinculado en este sentido, y no la sigo demasiado. Pero el tema de medallas olímpicas para mí no debe de ser la principal preocupación. Entran tantos factores para ganar una medalla, mira lo que pasó en Sydney, allí teníamos cuatro medallas casi seguras y no conseguimos ninguna. Hicimos una colección de cuartos puestos, que es lo más horrible que te puede pasar. Lo que si parece es que en los 470 parece que puede haber posibilidades, pero hay que ir con calma”.