La meteorología y el tiempo atmosférico es una de las grandes claves a tener en cuenta cuando se planea un viaje transatlántico, junto con la decisión de cuándo ir, qué ruta seguir y qué velas se deben llevar, si pretendemos hacer el cruce a vela.
La consideración principal para cualquiera que se plantee cruzar el Atlántico es evitar la temporada de huracanes de junio a noviembre, por lo que la mayoría de los yates se van a fines de noviembre al efecto de llegar a tiempo para Navidad, aunque los Alisios son más fuertes y portantes en enero, lo cual es una ventaja para el viaje.
Sin embargo, es propio de la naturaleza humana forzar los límites y tratar de saltarselos, por ello algunas tripulaciones salen antes de lo aconsejable para poder disfrutar de una temporada caribeña más larga. En esos casos, lo más importante es permanecer en la zona este atlántica el mayor tiempo posible para en la última etapa, con el calendario lo más avanzado que se pueda, tomar el rumbo oeste. Ello es así porque los huracanes tardíos generalmente se generan y avanzan hacia el oeste, lo que hace que el paso del océano a la altura de las islas de Cabo Verde sea la opción más aconsejable. Esta ruta acorta el tiempo áreas de posibles huracanes y ofrece una ruta de escape hacia el sur, si el barco se ve comprometido por uno, ya que los huracanes raramente se forman al sur de los 10 ° N.
Un plan de navegación flexible
Durante un cruce típico, los vientos alisios serán Fuerza 4 o 5, con algunos períodos más ligeros y algunos días de vientos de más de 25 nudos. Es necesario un plan de navegación flexible para tener en cuenta los cambios en la intensidad del viento: no hay una respuesta única para todos. El plan de navegación más común es la de aleta o a popa redonda (empopada ). Navegamos en rumbo de aleta cuando navegamos en un ángulo de unos 150º respecto al viento y se navega en popa redonda cuando el viento entra por nuestra popa y navegamos en la misma dirección del viento, es decir, a 180º de la dirección del viento.
Es un rumbo en el que generalmente no se navega ya que es un rumbo lento y compensa más en tiempo y velocidad navegar en rumbo de aleta trasluchando de una banda a otra. El rumbo de popa redonda es también un rumbo complicado porque es muy fácil trasluchar involuntariamente, especialmente si hay algo de oleaje. Para navegar de popa redonda, largamos las escotas abriendo las velas al máximo. Al estar la vela de proa a sotavento de la mayor apenas recibe el viento. Para evitar esto podemos poner una vela a babor y otra a estribor. Esto se denomina navegar a orejas de burro.
Para evitarlo la mayoría de los patrones llevan una vela especial (spinnaker) para navegar a favor del viento cuando este amaina y así poder seguir navegando con rumbo de aleta . Pero, debido a que las rachas son comunes, en esa zona y esas fechas y pueden llegar a tener fuerza de vendaval en el borde de ataque, es importante poder reducir la vela rápidamente. Los barcos con solo spinnakers tienden a trasluchar en condiciones de viento fuerte, por eso algunos se inclinan por no usar el Spi en ese tipo de navegaciones.
Este tipo de navegación, bajando mucho hacia el sur funcionar muy bien para barcos ligeros y rápidos porque agrega al viaje mucha distancia. Para un barco más pesado, es difícil ganar la velocidad suficiente que le permita compensar la distancia extra.
El norte es el más rápido
Si tenemos una época de altas presiones bien establecida para realizar el viaje, una ruta directa (es decir, hacia el norte) suele ser la más rápida, manteniéndose lo suficientemente al sur para mantener el viento, pero minimizando al máximo la distancia. Sin embargo, cuanto menos estable sea el área de altas presiones, mayores son las probabilidades de que se produzca una depresión en el Atlántico medio o un desarrollo bajo, lo que ocasionará la presencia de vientos adversos. En este caso, y ante la duda, siempre es mejor inclinarse por una ruta más al sur.
Los barcos de regatas toman la ruta del norte y cuanto más rápido es el barco, mejor les funciona esta ruta. Sin embargo, se corre el riesgo de encontrar las depresiones que se desarrollan en medio del Atlántico.
Esto no debe subestimarse y en ese caso de plantearse la posibilidad de de pasar por el norte de una depresión, aunque ello debe equilibrarse con el riesgo de que se pueda volver más profunda a lo largo de la ruta que se pretende seguir. Esta La ruta también es más propensa a un oleaje del norte.
Por ello, la conclusión es que la ruta sur ofrece un riesgo menor, con vientos alisios más estables y menor posibilidad de encontrar un oleaje incomodo o mar de fondo.
¿Cuándo enciender el motor?
Es aconsejable llegar con al menos un tercio del combustible por seguridad. Para ello algunos pondrán el motor cuando caiga el viento y recalarán en Cabo Verde para repostar, si es necesario. La elección de la ruta también puede depender de la capacidad de combustible y la voluntad de la tripulación de usar el motor.
Nos podemos encontrar con una travesía del Atlántico que nos de 24-48 horas de viento ligero, no es inusual y tampoco es demasiado grave al efecto de cumplir el calendario previsto. Sin embargo, para algunas tripulaciones, el motor es solo para emergencias y por ello escoger una ruta más al sur también reducirá el riesgo de encontrar vientos flojos. Ninguna de las rutas es correcta o incorrecta, son solo diferentes formas de navegar en lo que pueden ser barcos muy diferentes.
Quienes han navegado mucho a través del Atlántico aseguran que no hay dos veces que la travesía sea igual. Cada ruta es diferente, pero en todas ellas las previsiones meteorológicas son importantes. Así que es extremadamente necesario que exista cierta flexibilidad en la ruta para tener en cuenta los pronósticos y cómo cambian según avanzan los días. Para ello es muy aconsejable consultar las previsiones meteorológicas del NOAA, muy adaptadas a la zona atlántica.
En definitiva las opciones posibles son, ir por el sur para mayor comodidad y seguridad; ir hacia el el norte si se quiere velocidad y se puede sacrificar la comodidad o como hacen la mayoría de los barcos, tomar una ruta intermedia vigilando mucho la previsión meteorológica.
En nuestra sección de rutas tienes algunos consejos más sobre la Ruta para cruzar el Atlántico.
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