Durante un simposio de constructores navales, que tuvo lugar en Auckland hace muchos años, se determinó que el 'SY Tenaz' (ex Mamamouchi) podría ser tan grande como los superyates a vela pudieran llegar a ser. Este balandro mide 'solamente' 40 metros, un tamaño modesto hoy en día en comparación con muchos de los gigantes de vela que dominan nuestros mares. Piense en los 90 metros de la goleta de tres mástiles 'Athena' construida por Royal Huisman. O incluso en los 93 metros de 'Eos', que con sus tres mástiles altísimos hizo bajar al 'Athena' del primer puesto de los veleros más grandes cuando fue botado en 2006. ¡Y eso fue hace 10 años!
Malcolm McKeon, diseñador de grandes barcos e involucrado en el trazado de los 66 metros del 'Ahimsa' (ex Aglaia), opina que, efectivamente, "hace 20 años un 100 pies [30,48 metros] era una velero largo; hoy en día un 150 pies [45,72 m.] está considerado un tamaño normal en el mundo de los superyates y cualquiera de más de 200 [60,96 m.], está llevado al límite".
"Como los barcos a vela siguen creciendo, hay más obstáculos que superar de cara a aumentar el rendimiento de las embarcaciones sin comprometer la seguridad y el confort", apunta McKeon. "Sin embargo, las nuevas tecnologías que se están desarrollando continuamente están cambiando los límites de las posibilidades del diseño. Por ejemplo, se diseñó un sistema parar izar y arriar las velas del 'Ahimsa' sin riesgo de lesiones para la tripulación. Esto fue primordial para que la navegación del velero fuera segura y eficiente".
Y esta tendencia por veleros a punto de reventar sus costuras plantea retos no sólo para un diseñador, sino también para los que están involucrados en el aparejo y fabricación de velas. Andrew Kitchener, de 7C Rigging, quien ha estado recorriendo las jarcias de los superyates más grandes del mundo desde 2001, está de acuerdo: "Como empresa de jarcias hemos tenido que adaptarnos a la industria, lo que significa nuevas técnicas para manejar con seguridad mástiles y jarcias con esos tamaños. Cada trabajo lleva mucho más tiempo, pensar de manera innovadora y experimental cómo lidiar con las cuestiones relativas a las drizas y a los sistemas a bordo es un reto. Supongo que desde que hemos superado los límites de los 60 metros en la jarcia, cualquier cosa fácil es parte del pasado. Sin embargo, estos nuevos megayates son un paso gigante hacia delante.
Las técnicas de diseño de vanguardia y la creación de nuevos materiales han permitido a diseñadores y constuctores llevar el barco más allá del límite
Doyle, a la vanguardia de la tecnología para la fabricación de velas de gran tamaño, no sólo sumistra velas Stratis ICE -nada menos que un 30% más ligeras que sus equivalentes de carbono-, sino que también son los primeros en introducir el arte en vela. Por medio de impresoras gigantes y de un proceso único se pueden crear diseños que son parte de la tela real: sin tener que ser elaborada manualmente con pintura. El resultado es una vela más fuerte y, de nuevo, más ligera.
La construcción naval actual ha dado lugar a yates extraordinarios como el Hetairos (66,7 metros), el barco más grande construido en carbono, cuyo peso es como el del Perini P2 (38 metros), de 'poco' rendimiento. Hetairos cruzó la línea de meta en primer lugar en la Transatlantic Superyacht Regatta y en la Maxi Yacht Cup de 2011, demostrando queno sólo es exuberante, sino también que debe ser tenido en cuenta en el campo de regatas.
Todas estas 'invenciones' vanguardistas han impulsado los límites del tamaño a nuevas cimas, a más de 100 metros para ser precisos. Los mástiles más grandes del mundo, con un escalofriante peso de 50 toneladas por jarcia, han sido fabricados para el 'Sailing Yacht A'. Cada uno de sus tres palos ha sido creado para soportar el doble de carga de flexión que el ala de un Boeing Dreamliner. Sólo la osta de la botavara tuvo que ser diseñada para albergar hasta 400 toneladas y una de las velas mayores es dos veces el tamaño del mencionado 'Aglaia'. La construcción de este mamut de 140 metros, el mayor velero que actualmente gobierna nuestros mares, no sólo otorga a su propietario Melnichenko el derecho a presumir, sino que también ha supuesto "un monumento a la invención".
Kitchener coincide en que el Sailing Yacht A supone un avance tecnológico y, "puedes apostarlo", ha llegado a los límites [del diseño] pero, "¿querrías navegar en él en una borrasca de 35 nudos a las 4:00 horas de la madrugada? ¡Ni loco!". Añade que "cuando las cargas superan las 30-50 toneladas se necesita una tripulación con gran habilidad para manejar esas velas con seguridad". El diseñador jefe de Doyle Palma, Quinn Houry, está de acuerdo: "Cuando las velas superaron la media tonelada de peso superaron también la capacidad de la tripulación para manejarlas. Los factores de seguridad tienen que ser mucho mayores, ya que no puedes tener un fallo en el mar con sólo una tripulación de 10 personas, haciendo frente a una vela del tamaño de una piscina".
Otras construcciones revolucionarias en ciernes
Esta embarcación a vela de 140 metros, inimaginable no hace mucho tiempo, ni siquiera es tan excepcional, ya que hay otras construcciones revolucionarias en camino: el megayate a vela de 141 metros 'Dream Symphony', que está tomando forma en Turquía y el 'Solar', de 108 metros, que está siendo construido en el astillero holandés Oceanco. Houry espera que la gama de 60-70 metros será la talla 'normal' en la próxima generación de superyates a vela.
McKeon también ve más veleros grandes en el futuro: "A medida que los yates de vela son percibidos como más 'verdes' que los yates a motor y a medida que los propietarios se vuelvan más conscientes ecológicamente, preferirán que les vean cómo reducen el impacto ambiental al mismo tiempo que conserva el confort y la velocidad de un yate a motor de tamaño similar".
Kitchener dice que no está seguro de dónde acabará esto. "La fibra de carbono parece no tener límites; si es más grande, se hace más gruesa; los fabricantes de velas parece que siguen encontrando nuevas maneras de coser suficiente trapo para hacer la vela; los fabricantes de aparejos están ampliando instalaciones para seguir haciéndolos cada vez más altos; los arquitectos navales no tienen límites en el tamaño del papel para dibujar y los talonarios de los propietarios aún no se han rebelado. Mientras tengamos gente que diga que podemos diseñarlo, construirlo, navegarlo y venderlo, el éxito será creciente e imparable".
Pero, ¿cuántos barcos de esta generación siguen cumpliendo con la idea tradicional de un velero?
¿Izaremos esas enormes velas de 200.000 euros para cruzar el Atlántico o preferiremos no correr el riesgo de rotura (teniendo que dar al propietario muy malas noticias) y gastarnos 50.000 euros en el diésel.¿Podemos navegar de forma segura a más de 25/30 nudos?¿Pueden enfrentarse a una tormenta con vientos de 50 nudos? En pocas palabras, ¿son estos barcos puro espectáculo, simple apariencia? ¿Son meros yates a motor con un mástil en la parte superior para los que la 'navegación' se traduce en girar el motor en vez de izar el tormentín? ¿Yates que sólo levantan sus descomunales velas para que puedan protagonizar una sesión fotográfica con helicóptero navegando a cámara lenta a 4-5 nudos?
Quizás, pero Houry añade que hace 15 años un barco a vela de 45 metros era un auténtico compromiso. "Ni siquiera hubieras pensando en navegar en un barco de 45 metros, pero ahora hay toda una flota de yates veloces, capaces de alcanzar las mayores velocidades y de realizar hábiles maniobras, como por ejemplo el balandro 'Ganesha' diseñado por Dubois (46 metros)". Los resultados en competición de este velero incluyen victorias en St.Barths, Cerdeña y Palma: es reconocido por su navegación limpia en el campo de regatas. ¿Veremos algún día monstruos de 140 metros rendir como 'Ganeshas' en el circuito? Houry dice que él no tiene ninguna duda al respecto.