La Mini Transat es una de las regatas oceánicas más consolidadas. Por su historia, su trayectoria, su filosofía; la hacen especial y diferente a todas. Cruzar el Atlántico en solitario en barcos de apenas 6.5 metros y con la ayuda mínima indispensable, no hay posibilidad de contacto con tierra y ya ni hablemos de las nuevas tecnologías, ni que sea para consultar los partes meteorológicos. Todo muy rudimentario, lo cual la hace una regata muy dura y auténtica.
Pero esto es lo que les gusta a los participantes, que se cuentan por casi un centenar en cada edición. En esta son 84, de los cuales seis son españoles. Es la regata de las oportunidades, muchos de los que participan sueñan con dar un salto más y pasar de cruzar el Atlántico, desde Francia al Caribe con parada en Las Palmas de Gran Canaria, a acabar dando la vuelta al mundo en cualquiera de sus versiones.
Nombres como los de los consolidados vueltamundistas catalanes Alex Pella, Dídac Costa, Aleix Gelabert y Anna Corbella se estrenaron en regatas transoceánicas en la Mini Transat. En su día la Fundació per a la Navegació Oceànica Barcelona
Habitualmente los que participan en ella lo hacen con los medios más que justos. Es más un reto a lo Robinson Crusoe, en la que los lujos no existen y los recursos económicos son los mínimos para participar y llegar.
En esta ocasión son seis los españoles que buscan la aventura. De ellos dos son veteranos en esta regata, Pilar Pasanau participa por tercera vez, con una cara y una cruz en sus participaciones; Guillermo Cañardo vuelve dos años después; Pablo Torres, después del intento fallido en la anterior ocasión donde naufragó meses antes de la salida, en esta ocasión lo ha conseguido; Marc Miró y David Alonso también se estrenan, al igual que Marta Güemes, una lanzaroteña afincada en Francia y que no se inició en la vela hasta los 24 años, y hasta hace dos años no sabía ni lo que era un Mini Transat.
Todos ellos ya navegan desde este domingo hacia Las Palmas de Gran Canaria, final de la primera etapa. Allí ya les esperan con los brazos abiertos.
Ojalá puedan todos conseguir su sueño en una regata que acostumbra a abrir muchas puertas.