Recientemente ya hemos vivido buenos ejemplos de ello como el Decreto para la preservación de la posidonia en las islas Baleares (Decreto 25/2018 sobre la Protecció de la posidonia oceànica en les Illes Balears) o los proyectos normativos que pretenden restringir los usos de la navegación en determinadas áreas marítimas (Mar Menor, Costa Blanca….).
Sin perjuicio del loable fin que podrían perseguir, todos ellos tienen como común denominador la falta de conocimiento de los legisladores de nuestro sector imputándole gratuitamente y sin motivación alguna una supuesta responsabilidad medioambiental caprichosa e infundada y proponiendo soluciones totalmente desproporcionadas y arbitrarias.
Pese a ello, no podemos dudar si involucrarnos o quedarnos al margen de la “moda verde”. Y es que la idea de la sostenibilidad llegó para quedarse, y mientras más tiempo dejemos pasar, más tiempo nos costará subir a la ola. Por ello hemos de comenzar a trabajar concienzudamente en esta materia con independencia de que las normas publicadas o pendientes de publicar para proteger nuestro ecosistema sean en algunos casos un fracaso con el fin que persiguen (a título de ejemplo podemos citar el decreto para proteger la posidonia que deja impune al verdadero causante y la verdadera amenaza para la posidonia como son los vertidos de tierra, los emisarios o las desalinizadoras)….