Las regatas de altura son una de las pasiones que nos ligan a la mar. La sensación de no ver más allá que el horizonte, una simple línea perfecta separando cielo del mar. Sin más orientación que la aguja del compás y la guía de las estrellas. Estos son solo algunos de los alicientes que una vez más procuran llenar las listas de participantes en la emblemática Regata de las 1000 millas.

Es la segunda edición de la nueva etapa, después de que en 2015 el esfuerzo de varios marinos veteranos desempolvara de los anales un prueba clásico del Mediterráneo. Nacida en 1980, la Regata de las Mil Millas fue durante una década una referencia y cita obligada para los patrones del arco mediterráneo y los que proceden de puertos atlánticos. Por suerte, el restablecimiento de la regata nos permite disfrutar de varios días de navegación en el marco de una regata y con el amparo y seguridad que da una organización.

A la Regata de las 1000 millas están convocados todos. La organización abre el plazo de inscripción -que se puede hacer mediante la página web oficial de la regata– a todas las tripulaciones: completas, parejas, en solitario… y a todo tipo de barcos, desde las esloras más modestas a los grandes yates dispuestos a desplegar las velas y competir por ser los primeros en cruzar la línea de meta.

Ruta mediterránea

Como en ocasiones anteriores, la derrota de la Regata de las Mil Millas comienza en Barcelona. El Puerto Olímpico de la ciudad condal repite como escenario de salida. La boya Norte será la que haga de referencia y desde la que los barcos pondrán rumbo al estrecho de Menorca. El puerto de Ciudadela se antoja de recalada indispensable. Con Menorca por babor, los barcos ponen rumbo al cabo más meridional de la isla deCerdeña, para continuar la navegación rumbo norte bordeando la isla por su costa oriental. La boca de Bonifacio, con las maravillosas islas del archipiélago de La Magdalena serán testigos del paso de los barcos en antes de marcar el rumbo de regreso. De nuevo Menorca queda al norte, por la banda de estribor, para posteriormente virar y poner rumbo a Barcelona.

Reto de récord

La organización de la Regata de las Mil Millas pone un aliciente más a la edición 2016 de la prueba. El objetivo es batir el récord de la navegación de las mil millas establecido en 1984 por la embarcación FontVella al mando de Enrique Curt y Bernat Oliva. Aquel prototipo de 50 pies aún no ha sido batido en tiempo. Su marca, la que firma el récord de las Mil Millas, está establecida en 8 días, 15 horas y 40 minutos.

No parece difícil superar ese tiempo, a tenor de los avances de que hacen gala las nuevas embarcaciones. Aunque hay que demostrarlo navegando. El guante está lanzado, ¿quién se atreverá a inscribir su nombre? Lo sabremos días después del 16 de julio –festividad de la Virgen del Carmen-. Fecha en que se inicia la Regata de las Mil Millas, edición 2016.