Sus creadores en Feadship sacan pecho con una de sus últimas creaciones. La espectacularidad del Savannah, de 83,5 metros, está recibiendo elogios y premios allá donde se presenta. De hecho, es el superyate que más galardones de diseño e innovación ha recogido este año, lo que ha llevado a su propietario a aceptar que el astillero alemán muestre cómo es esta mansión flotante. Todo un lujo:

Dicen que es el superyate construido con mayor conciencia ecológica al presentarse con una motorización híbrida diésel/eléctrica que, junto a las formas del casco, logra un ahorro del 30% en el consumo de combustible de cada travesía. Para que este desafío tecnológico fuera un éxito, los ingenieros idearon un novedosos sistema de hélices múltiplesque se reparte a lo largo y ancho de la nave. Estas son más grandes que las empleadas en embarcaciones de eslora similar; la de mayor tamaño, por ejemplo, está ubicada en el centro del casco.

"El yate puede elegir entre navegar con propulsión diésel, diésel y eléctrico o completamente eléctrico. Se trata de un sistema único gracias a sus baterías y tres grupos electrógenos incorporados. Alcanza una velocidad de crucero de 19 nudos", señala el director general de la firma holandesa, Ted McCumber sobre la tecnología de vanguardia desarrollada por Feadship junto al estudio CG Design.

Visto desde el exterior, el Savannah destaca por sus líneas elegantes -que parecen abrazar sus seis cubiertas-, su superestructura flotante y una popa abierta en la que se impone una fascinante piscina desbordante. Para escapar de las miradas ajenas, en la cubierta principal de proa encontramos una gran terraza con jacuzzi.

Por dentro, maravilla sobre todo su salón 'submarino'. Esta zona, que también es empleada como sala de cine, se encuentra por debajo de la línea de flotación y una de sus paredes está construida con un vidrio especial que permite ver los fondos marinos mientras los pasajeros disfrutan de una confortable y lujosa velada.

En cuanto a camarotes, el del armador ocupa una generosa parte del espacio interior. Pese a su tamaño, no es un yate para acoger a un gran número de invitados. Sólo 12, repartidos en cuatro cabinas, una de ellas con balcón propio, podrán pernoctar a bordo. Más numerosa es la tripulación, ya que se requiere un equipo de entre 22 y 26 personas para cuidar hasta el último detalle.

"Más de 1.000 personas han participado en la creación de Savannahdesde que se firmó el contrato de construcción a finales de 2011. Y el resultado final demuestra una vez más como Feadship nunca tiene miedo de aventurarse en diseños innovadores y hasta poco conocidos", destacaba el director de Feadship, Henk de Vrie, cuando la embarcación fue presentada en sociedad.

El Savannah ha conseguido en solo una campaña un palmarés envidiable: Mejor yate a motor de más de 65 metros de la International Superyacht Society; Mejor exterior, Mejor interior y Premio global en la gala de los Show Boats Design Awards, Premio Neptuno de los World Superyacht en su categoría y el Yate a Motor del Año del World Superyacht.

Algunas publicaciones especializadas apuntan a Lukas Lundin como propietario del Savannah. Se estima que el empresario petrolero y de minería desembolsó unos 100 millones de euros por el mejor superyate del mundo en 2016.