El equipo liderado por Bouwe Bekking logra defender un exiguo liderato para anotarse la etapa más dura de esta edición, que ya se encuentra entre las más duras de la historia de la Volvo Ocean Race. Menos de 15 minutos separaron al barco holandés del chino Dongfeng en la meta tras más de 16 días y 7.600 millas náuticas desde Auckland.
“Ha sido una etapa increíble”, reconocía Bekking al llegar a Itajaí. “Estamos tristes por la pérdida de John Fisher (SHK/Scallywag) y eso nos marca profundamente, pero desde el punto de vista puramente deportivo, hemos navegado una muy buena etapa, y eso nos da confianza”.
La Etapa 7 llevó a los equipos a recorrer 7.600 millas náuticas entre Auckland (Nueva Zelanda) e Itajaí (Brasil), incluyendo una zona de exclusión situada en latitud 60 grados Sur. Navegando por los conocidos como “50 Furiosos” (latitud 50 Sur), el viento y el frío fueron estremecedores. El menú habitual consistía en intensidades mantenidas de 30-35 nudos con olas de 4-6 metros. Los chubascos añadían rachas de hasta 50 nudos y olas enormes. La temperatura rozó el grado de congelación, provocando nieve y granizo.
Los equipos se disputaron las posiciones los primeros siete días de la etapa, pero en cuanto empezaron a trasluchar rozando la zona de exclusión de hielo, Team Brunel optó por colocarse ligeramente al norte de los líderes, emergiendo con una ventaja de 20 millas, el principio de lo que a la postre representaría la primera victoria para el equipo holandés.
Bekking y su navegante Andrew Cape lograron mantener su ventaja hasta doblar Cabo de Hornos, recolectando el primer punto disponible en esta etapa. Y salvo por un reporte de posición hace tres días, que colocó a Dongfeng por su proa, Team Brunel conseguiría defender su liderato hasta la meta.
Esta victoria ha sido cualquier cosa menos fácil. En las últimas 48 horas, los holandeses tuvieron que gestionar la durísima presión de Dongfeng, que llegó a acercarse a una milla, y la considerable bajada del viento en la aproximación final a Itajaí incrementaba la tensión entre ambos: literalmente, cualquiera podía ganar.
Esta victoria supone para Team Brunel 16 valiosísimos puntos (14 por la doble puntuación de la etapa, uno por pasar primero por Cabo de Hornos, y un punto extra por ganar), lo que permite al equipo casi doblar la puntuación con la que partió de Nueva Zelanda: de 20 a 36 puntos. Team Brunel vuelve a la pelea.
“Siempre buscamos conseguir la máxima puntuación posible en esta etapa, lo que supondría que podríamos ascender al top tres”, explica Bekking. “Desde ahora, será una cuestión de seguir peleando. Hemos visto cosas más extrañas en el pasado de esta regata, así que considero que ahora estamos en buenas condiciones de ir por la final en La Haya”.
Para el equipo de Caudrelier, los 12 puntos de la segunda posición podrían bastarle para arrebatar el liderato de la provisional al MAPFRE, al frente de la general desde la Etapa 2. Los daños en la mayor y en su carro descartaron al equipo español para la lucha por la victoria de etapa, y en este momento navega en quinta posición, peleando por salvar dos puntos si consigue superar al Turn the Tide on Plastic. No se les espera en Itajaí hasta el próximo fin de semana.
“Es un resultado fantástico para nosotros”, reconoce Caudrelier. “Hemos conseguido superar a MAPFRE después de la frustración de las etapas previas. Esta vez hemos logrado mantenerles por popa y alejados, y si Turn the Tide on Plastic consigue defender su posición, podemos aspirar al liderato provisional”.
“Pero lo prioritario fue terminar la etapa con todos a bordo y a salvo”, continúa el francés. “Por supuesto, pensamos en lo que ocurrió a Scallywag con John Fisher… Estoy muy triste por su familia y por todo el equipo Scallywag. Son un equipo fantástico, y han perdido a uno de los suyos… Pero estamos aquí para competir a límite, por eso es por lo que navegamos en esa zona. Lamentablemente, ocurre, y tanto yo como todo nuestro equipo pensamos en John y en su familia”.