Un role de más de 40 grados hizo que trasluchásemos por la noche y seguir con la buena racha de viento con la que veníamos. Hasta ese momento, desde el fondo de la flota y sin nada que perder, todo lo que teníamos por delante era navegar rápido y ganar millas a toda costa.

Después de unas dos horas amurados a babor, Jean Luc dio un aviso de trasluchada y volvimos a estribor, en la amura en la que hemos estado los últimos tres días.

El viento fue subiendo poco a poco y claramente aumentó después de que un frente nos pegase, pasando de 25 a 35 nudos. El barco comenzó a navegar rápido y con la combinación de un rizo, J3, J2 y FRO volamos.

Salí a cubierta a filmar lo buenas que estaban siendo las condiciones (extremadamente peligrosas, por cierto) y capté lo potentes que pueden ser estos barcos. Es impresionante, cuando pasan de 25 nudos hay que tener muchísimo cuidado para que no te barra una ola, de estar atado continuamente, de no pasar nada de tiempo entre el timón y la compuerta de entrada y salida del barco.

El agua ya está muy fría y se hace notar. Cada ola que nos pega son como 1.000 agujas en la cara y si no llevas guantes las manos se duermen del frío y cuesta recuperarlas pegadas al ventilador del motor.

Bajo altas velocidades estábamos navegando cuando Rob baja una ola bastante empinada y con una gran rampa que frena el barco completamente y nos deja sin viento, sin timones y sin el control del mismo. El barco traslucha y se tumba de lado, a 90 grados del agua. En cubierta estábamos Carlos, Rob, Xabi y yo. Por mi lado era el que más a barlovento estaba, así que cuando tumbamos fui el quedó más pegado al agua, atado y con el susto de mi vida. Xabi me agarró del chaleco y me empujó hacia arriba, dándome tiempo a impulsarme y poder salir de esa situación.

Los de dentro tampoco lo estaban pasando bien. Los que estaban durmiendo quedaron aplastados por el stacking del barco ya que al irse de lado les vino todo encima, encerrándolos entre la litera y la cubierta. Una situación bastante incómoda para alguien que pueda sufrir claustrofobia.

Mientras tanto, en cubierta, la situación no mejoraba. Entre Carlos y Xabi no podían recomponer el barco y lo único que podían hacer era ganar tiempo con los preparativos para poder enderezarlo nuevamente y, más que nada, enfocarse en la burda de barlovento ya que al haber trasluchado toda la presión del mástil estaba del lado equivocado. Una situación estresante y peligrosa. A los cuatro minutos de la tumbada los primeros tripulantes lograron salir del barco y empezaron a ayudar con la recuperación del “MAPFRE”.

Entre todos se endereza el barco, se enrollan las velas y se traslucha para volver a curso. Rápidamente notamos que el J2 y la mayor tienen daños y que deben ser reparadas de inmediato.

En cuanto entro en el barco veo el desorden que se ha hecho. Poco tiempo antes había cocinado puré con carne y se había volcado todo contra el compartimiento en el que están las orzas. Todas las maletas tiradas por el barco, agua por doquier y mi caja personal de media, donde guardo el ordenador, tirada en el stacking con todo desparramado por todos lados.

Llevan el J2 dentro del barco, donde Ñeti, André, Xabi y Willy rápidamente comienzan la reparación.

En cubierta quedan Rob al timón e Iker y Jean Luc tratando de no dar pantocazos para que los de dentro pudieran reparar las velas tranquilamente.

Al finalizar la reparación del foque se decide bajar la mayor y hacer una rápida pero efectiva reparación en la baluma de la “gran roja”.

Con las velas reparadas y el sustito de haber tropezado fuertemente nos ponemos a navegar.

Pensando en lo peor, creemos que hemos perdido muchísimas millas con todo esto, pero al llegar el reporte de posiciones ¡estamos terceros! Después de la trasluchada esperábamos mejorar nuestra posición, pero pasar de sextos a terceros ha sido una gran satisfacción.

Por suerte todos están sanos y salvos.

Hoy el Pacífico Sur sur nos ha mostrado lo fuerte y poderoso que es y lo rápido que te puede dejar fuera de la regata e incluso llevarte con él.

Video:

Fuente: Desafio Mapfre