En 1851, con motivo de la celebración en Londres de la Gran Exposición Universal, se programó una regata a vela para el día 22 de agosto, denominada Queen’s Cup, cuyo ganador recibiría un trofeo de plata diseñado en 1848 por el joyero oficial de la Casa Real, Robert Garrard, valorado en 100 guineas de Oro y adquirido en Londres por el marqués de Anglesey, que lo donó al Royal Esquadron británico (legendario club que organizó la regata y aportó el trofeo). Éste es el motivo por el que también se conoce a este trofeo como Copa de las Cien Guineas.
El recorrido consistió en una vuelta alrededor de la Isla de Wight, lugar veraniego por excelencia para los ingleses situado en pleno Solent Británico. Miembros del New York Yatch Club de los Estados Unidos a bordo de la America (aparejado en goleta) se enfrentaron a los barcos británicos con mayor eslora. Nadie daba un dólar por los norteamericanos: un barco pequeño, con el velamen soportado en unos palos anclados a su cubierta con cierta inclinación…, pero aquí estaba el secreto de la nueva tecnología que utilizaron por estadounidenses para navegar con mayor velocidad en rumbo de ceñida, logrando vencer a 14 barcos de la flota del Reino Unido.
Una anécdota muy famosa relata cómo la S.M.La Reina Victoria I preguntó en un momento de la regata “¿Quién va primero?”, a lo que le contestaron: “La América, Majestad”. “¿Y segundo?”, inquirió la reina. “Majestad, ¡no hay segundo!”, fue la respuesta. El Trofeo fue donado posteriormente por el almador de la Goleta America al New York Yacht Club, para que el club fomentase la competición entre naciones organizando una regata que tuviese dicho trofeo como premio. Desde entonces el trofeo pasó a denominarse Copa del América. La verguenza de los británicos fue pagada por varios componentes del staff del gobierno de S.M., en lo referente a la industria naval, pues una ex-colonia se había regodeado al Imperio Británico. Desde su misma instauración en el lejano año de 1851, la Copa del América ha sido y es un campo para nuevas experiencias tecnológicas tanto del propio diseño naval, como de los materiales de última generación.