Bajo la iniciativa de la Universidad de Sevilla, la Universidad de Cádiz y la Universidad de Málaga y en colaboración con Ecolocaliza, la misión del proyecto será tratar de buscar soluciones para frenar la proliferación del alga asiática Rugulopterix Okamurae, así como posibles utilidades para las arribazones de esta especie cuando llega al litoral.
El proyecto ya ha sido puesto en marcha y cuenta con la colaboración del Puerto Deportivo Alcaidesa Marina, que aporta un punto de atraque, y del Real Club Náutico Linense, que cederá un espacio de sus instalaciones de Puerto Chico para el acopio de material y muestras de la investigación. Esta colaboración ha sido posible gracias al Ayuntamiento de la ciudad, a través de la delegada de Medio Ambiente, Raquel Ñeco, quien resaltó la importancia de un proyecto “tan ambicioso y de tanta trascendencia medioambiental”.
Según confirma García Gómez: “la invasión de este alga es la más severa a nivel mundial, ya que en un intervalo de tiempo muy corto ha hecho un gran daño al ecosistema, a la pesca y al turismo. Es extraordinariamente agresiva por su capacidad de colonización espacial y tiene también un gran poder adaptativo porque es capaz de crecer tanto en espacios inundados de luz como en zonas umbrías de corales.”
La proliferación del alga incrementó a finales de 2015 en Ceuta: “en menos de un año se retiraron más de 5.000 toneladas de las playas. La especie ha conseguido tapizar los fondos rocosos del estrecho y eso supone el desplazamiento de la flora y fauna nativas. El impacto ambiental es tremendo y avanza en el Mediterráneo debido por el aumento de la temperatura del mar”.
En palabras de García Gómez, el estudio tiene varios frentes abiertos. Por un lado, conocer la verdadera naturaleza de esta especie bioinvasora y detectar sus debilidades para atajar el problema, y por otro, qué hacer con las toneladas de algas recogidas en la zona. En este sentido, la Facultad de Química de la Universidad de Sevilla trabaja en la obtención de biodiesel, donde los departamentos de Farmacia y Biomedicina estudian la posibilidad de obtener algún medicamento. Por su parte, la Universidad de Extremadura, está centrada en su posible utilización para compostaje.
El investigador ha querido agradecer la ayuda prestada para empezar este estudio a la edil de Medio Ambiente, Raquel Ñeco, así como al director del Puerto Deportivo Alcaidesa Marina, Tony Valbuena, y a la gerente y el secretario del Real Club Náutico, Natalia Martín y Jesús Villalobos.